jueves, 22 de mayo de 2008

Escudo antimisiles: Europa en la encrucijada

El día 3 de abril, tras la Cumbre de la OTAN en Bucarest, los gobiernos europeos declararon, aunque sin respaldo público alguno, que el proyecto de los Estados Unidos para instalar diez bases balísticas de interceptación en Polonia y un sistema de radar en la República Checa, supone una "contribución sustancial a la protección de los aliados”. Parece pues, que el comienzo de la instalación del llamado “escudo antimisiles” es inminente.

Sólo un escollo puede interponerse en los planes de George Bush: la opinión pública. El pasado 8 de mayo, el subcomité de Fuerzas Estratégicas del Congreso de los EEUU recortó en un 32,2% la solicitud presupuestaria de Bush para el despliegue del escudo europeo y condicionó el inicio de obras de construcción de las bases a la ratificación de los acuerdos correspondientes con EEUUpor los parlamentos de Polonia y la República Checa. Todo depende, por tanto, de estos dos países. Si fuera por sus ciudadanos, según una encuesta de Median, más de la mitad de los polacos y el 70% de los checos están en contra del proyecto. Sin embargo, no parece que vaya a haber referéndum alguno que dé voz al pueblo, pues en casos como éstos, es demasiado lo que ganan los dirigentes como para entretenerse con consultas populares.
Por lo que respecta a Polonia, tras la derrota electoral del ultra-derechista Jaroslaw Kazynski y de que el liberal Donald Tusk se convirtiera en primer Ministro, las cosas parecen haberse complicado algo para los Estados Unidos, aunque no en dirección hacia la desmilitarización, sino todo lo contrario. Lejos de oponerse al escudo, en su oferta de esta semana, el dirigente polaco ha condicionado su aceptación al escudo, a un acuerdo con EEUU para modernizar el ejército polaco valorado como mínimo en 4.000 millones de dólares, según el diario Gazeta Wyborcza. Si Bush accede, es previsible que el Parlamento de Polonia diga sí al escudo.
El caso de la República Checa, carente de un Gobierno sólido, es diferente. Mirek Topolánek, actual primer ministro, llegó al poder de forma un tanto peculiar el 19 de enero de 2007, 230 días después de las elecciones, tras haber perdido numerosas votaciones en el Congreso, y gracias a la misteriosa abstención de dos diputados socialdemócratas que, contra el desear de su grupo parlamentario, prefirieron la supuesta estabilidad de un Gobierno ultra-liberal, antes que una coalición de partidos de izquierdas. Al día siguiente de formado el Gobierno, Estados Unidos pidió permiso a la República Checa para la construcción del radar. ¿Por qué esperó hasta ese momento? ¿Por qué Topolánek aceptó, aún sin tener la información necesaria, ése mismo día? Nadie lo sabe.
Cuando Topolánek se desplazó a Brdy, lugar donde se construiría el sistema de radar, ante la pregunta de qué pasaría si un misil terrorista es interceptado y derribado, prefirió optar por el silencio, antes que confesar que si eso ocurre, los fragmentos que se desprendan puede llegar hasta los 15 centímetros de largo, además de portar cargas radioactivas y contenido bacteriológico.
Además de las sustanciosas retribuciones que Topolánek recibirá por su constentimiento, que, evidentemente, no se han hecho públicas, la contraprestación obtenida por la República Checa consiste en contratos militares valorados en 740 millones de dólares hasta 2013, según la Agencia de Defensa Antimisiles estadounidense. Sin embargo, la inestable situación política del país y la creciente presión popular, podrían desembocar en un rechazo al proyecto en el Parlamente checo.
Ante la mezcla de indiferencia –España, Francia- y agrado –Alemania, Estonia- de los países europeos en relación con el escudo antimisiles, el único verdadero opositor ha sido Rusia. Putin no se cansa de repetir que ningún país del supuesto “Eje del Mal” (Irán y Corea del Norte) tiene capacidad para lanzar misiles de un alcance de hasta ocho mil kilómetros ni los tendría en un futuro previsible, y que el proyecto está en realidad concebido contra Rusia.
Si finalmente los Parlamentos checo y polaco ratifican, la construcción del escudo empezará en 2009 y el sistema estará completamente operativo en 2013. Dada esta situación, dos son las posibilidades para Europa: o bien nos rendimos a los intereses de la industria armamentística estadounidense y elegimos el camino de la militarización y el servilismo, o bien retomamos la vía de los valores pacíficos y los derechos humanos. Es evidente que los intereses económicos empujarán al continente hacía la primera opción, a no ser que un fuerte contrapeso ciudadano enderece el rumbo y nos devuelva a la senda del respeto y la cooperación entre los pueblos.
Y ya que estamos a punto de ver cómo se gasta la escalofriante suma de 2.565 millones de euros -contraprestaciones a Varsovia y Praga aparte- en militarizar inútilmente nuestro continente, es inevitable no darse cuenta de que ese dinero es justo lo que cuesta vacunar contra la malaria a 1.500 millones de personas, lo que nos permitiría ganar una importante batalla en la larga y verdadera lucha del ser humano: la guerra contra la pobreza.

(Nota: se puede firmar un manifiesto contra el escudo en www.nonviolence.cz. Ya van 80.000 firmas y el objetivo son las 500.000)

sábado, 17 de mayo de 2008

El fin de la igualdad en España

El Tribunal Constitucional lo acaba de hacer oficial. Si ya la legislación electoral y la excesiva descentralización autonómica ya hacían que la vigencia del artículo 14 de la Constitución quedara en entredicho, ahora ha sido derogado públicamente por el Parlamento mediante la ley de Violencia de Género, y avalado por ese bochornosamente politizado órgano que ya ni siquiera merece ser llamado Tribunal. En España ya no hay igualdad. Si usted es mujer y agrede a su marido o compañero sentimental sin causarle lesión será castigada entre 3 y 6 meses de prisión. Si usted agrede a su mujer o compañera sentimental, y además tiene la desgracia de ser hombre, se le impondrá una pena de prisión de entre 6 meses y un año.

A falta de conocer todos los fundamentos de derecho de la sentencia, es digno en cualquier caso de alabanza el esfuerzo imaginativo que habrán tenido que hacer sus señorías para no declarar la ley contra la violencia de género incompatible con el derecho a la igualdad. Tratan de justificarlo diciendo que el aprovecharse de la superioridad física y de la vinculación afectiva que une a agresor y agredido supone una mayor antijuridicidad que una mera agresión, debido a que el autor se aprovecha de una situación, dicen, de “especial vulnerabilidad”. Lo que ya no alcanzo a saber cómo habrán explicado lo que pasaría si la mujer fuese más fuerte físicamente que el hombre, o llevase una pistola, o si por ejemplo, un homosexual agrede a su marido.

En sentencias como esta es que se nos demuestra cuánto queda aún por avanzar para que el poder judicial sea además justo, o cuanto menos, riguroso en la aplicación de las leyes, uno siempre tiene la esperanza de que Europa nos salve, como va a hacer con la ilegalización de Batasuna. La Directiva Europea de Igualdad del 76, aplicable al ámbito laboral, pero luego extendida a otros campos como las autoridades públicas, permite la discriminación entre un hombre y una mujer tan sólo en dos supuestos: embarazo y maternidad (Caso C-177/88 Dekker) –obviamente, pues hay una desigualdad biológica- y razones de políticas públicas, como puede ser la medida que establece que un 40% de la lista electoral tenga que estar integrada por mujeres, con el objetivo de potenciar la participación de ambos sexos en política y siempre que sea una medida proporcional. (Caso C-409/95 Marschall)

Pero esta medida de la ley de Violencia de Género tiene su base en intereses políticos, que no es lo mismo que intereses públicos. La explicación es una concesión del Parlamento al lobby feminista, posiblemente por miedo a ser tildados de machistas. Por eso, la Corte de Justicia de las Comunidades Europeas, tumbaría esta medida de discriminación gratuita. Es una pena que aún no tenga competencia para conocer de materias penales y que la carta de derechos fundamentales del tratado de Lisboa –en concreto la discriminación queda prohibida en el artículo 21- aún no haya entrado en vigor. Sería deseable que adquieran la competencia antes de que a los zurdos y a los nacidos en año bisiesto les dé por montar un lobby.

Y por si hubiera alguna duda, no soy machista, sino todo lo contrario. La lucha contra el machismo radica en que los estereotipos de que el hombre es más fuerte y de que la mujer está en una situación de vulnerabilidad permanente no se solidifiquen teniendo rango legal.

domingo, 11 de mayo de 2008

Por las calles de Edinburgo...

Ya era noche cerrada en Edimburgo, cuando junto a la tenue luz que salía de un portal de Princess Street, vi sentado en unos escalones a un indigente, tratando a duras penas de leer el libro que tenía entre manos, aún a sabiendas de que su vista quedaría destrozada. El frío añadía mérito a la hazaña lectora, ya de por sí loable en este mundo en que el tiempo y los tipos de interés corren tan rápido. Enternecido por la escena, y en contra de mi costumbre de no incentivar la indigencia, decidí darle una libra. Entablamos conversación y así pude conocer su historia.

Aquel hombre tenía 44 años y respondía al nombre de D.J. Hace tres años tenía casa, trabajo, una esposa embarazada, y ganas de conocer mundo. Había estado en España varias veces, en Alemania, Francia, USA… Justo entonces, saliendo de una fiesta con unos amigos, cogió el coche para volver a casa. Fue detenido por conducción bajo los efectos del alcohol, lo que le hizo pasar dos años en prisión. Al salir, ya no tenía esposa ni trabajo. Lo que si tenía era una hija de 2 años a la que su ex-mujer no quería que él viera. Sus esperanzas de conseguir un trabajo teniendo antecedentes penales fueron poco a poco hundiéndose en alcohol.
El día en que lo vi, no hacía ni un mes desde que hubiera decidido volver a tomar las riendas de su vida; ya no bebía y trataba de llevar una vida ordenada, aunque seguía sin empleo. Sólo se asomó a su rostro una sonrisa, cuando me mostró una foto de su hija, a la que acababa de ver por vez primera la semana anterior. Esta historia sería la de un indigente cualquiera, que apenas quitaría a alguien el sueño, si no fuera por los acontecimientos que siguieron.
Pasaban por allí dos mujeres, de unos 35 años y con unas copas de más. Una de las cuales, que luego pude saber que era empleada del Banco Real de Escocia, comenzó a proferir gritos contra DJ. llamándole vago y mentiroso:
-¿Por qué no te buscas un empleo, como hace todo el mundo?
- Señora, hoy día no es tan fácil, y menos con antecedentes penales.
-¡Eres un vago! ¡Cualquiera puede encontrar trabajo en este país!
- Señora, que ya no estamos en los 70.
-¡Además, para ser vagabundo estás demasiado limpio! ¡Eres un farsante que sólo intenta sacarnos el dinero con tal de no trabajar! ¡Seguro que hasta tienes casa! ¡Y encima tratas de dar pena a extranjeros como este chico para que te den dinero!
No me quedó otro remedio, que amablemente, preguntarle a aquella mujer:
-¿De verdad viven tan distantes del mundo todos los empleados del Banco Real de Escocia, como para pensar que alguien soportaría las frías noches de Edimburgo al aire libre y se sometería a la humillación que supone sentarse en la calle y ser víctima de todas las miradas de lástima o reprobación, sólo para robarles a ustedes el dinero?
Se fue con su amiga refunfuñando, mientras pude ver cómo los ojos desaprobadores de la gente de alrededor fijaban sus miradas en nosotros.
Aunque, por supuesto, mi “amiga” del Banco no coincidiría conmigo, creo que no pude invertir mejor aquella libra que le dí a D.J., pues me hizo darme cuenta de que en este mundo de hipocresía se valora más un traje que un libro.

sábado, 10 de mayo de 2008

Un fantasma recorre Europa… ¿Cómo espantarlo?

De las últimas 15 citas que la izquierda política tuvo en Europa con la señora Democracia, sólo acudió a dos: a la de Chipre, y a la de España. Para el resto, -entre las que destacan Francia, Alemania, Austria, Suiza, Polonia, los países escandinavos, y ahora, Italia- aterrada ante el fantasma de la derecha, ni siquiera se atrevió a salir de casa.

Aún a riesgo de incurrir en excesiva simplificación, se puede identificar un factor determinante detrás de estas grandes victorias de la derecha: su política de mano dura frente a la inmigración, en tiempos de crisis económica. Incluso en España, los sociólogos coinciden en afirmar que en las elecciones del pasado marzo hubo un trasvase de voto PSOE-PP de unas 700.000 personas, en su mayoría movidas por un deseo de mayor severidad con la inmigración.

¿Qué hacer para frenar esta marea? ¿Subirse al barco de intolerancia y mano dura? El Gobierno español, único gran reducto de la izquierda en Europa, parece haber optado por seguir la corriente de intransigencia, batiendo récords de repatriaciones y nombrando a un nuevo Ministro de Trabajo menos partidario de regularizaciones que el anterior. No se dan cuenta de que esto será inútil, pues la derecha siempre seguirá dando sensación de mayor disciplina y seguridad en este ámbito.

La solución es más sencilla y mucho menos dolorosa que la expulsión del inmigrante: permitir el voto en las elecciones generales a todo inmigrante que cumpla unas condiciones mínimas, como un periodo continuado de residencia legal en España de 2 años y el no tener antecedentes penales. Para ello es preciso modificar el intolerablemente restrictivo artículo 13.2 de la Constitución, que prohíbe el derecho de sufragio a 5 millones de habitantes de nuestro país. Hay dos razones de peso para defender esta posibilidad.

Por una parte, por convicción moral: el nacimiento –salvo la fecha- jamás debería ser un criterio para decidir quién vota y quién no, si es que los derechos humanos y los valores humanistas todavía significan algo para nosotros. Es inadmisible, por principios, que un servidor, que pasa la mayor parte del año en Gran Bretaña y que nunca ha contribuido a la Seguridad Social, pueda votar, mientras que un inmigrante residente desde hace años en España, no tenga derecho a elegir a quien ha de ejercer la autoridad última sobre el territorio en el que se desarrolla su vida.

Y para aquellos escépticos con los principios, hay una razón práctica de peso; es un uso cada vez más generalizado en democracia, la demonización de un determinado grupo de personas que está fuera del electorado, sacrificando las buenas relaciones con ese colectivo, a cambio de una reacción favorable en el electorado de casa. Bush lo llama “Eje del Mal”, la izquierda latinoamericana “yankee colonizador”, y los nacionalistas catalanes, “Estado Español opresor”. Y ahora parece que toca instrumentalizar a los inmigrantes. Hasta el momento, ese discurso parecía no calar, pues el propio electorado en general –y las constructoras en particular- se identificaba y preocupaba por los problemas de ese colectivo, y no se premiaba electoralmente al discurso partidario de más severidad. Pero en momentos de crisis económica, el llenar el plato propio todos los días es lo primero. Sin ya nadie que les defienda, desamparados ante un gobierno al que no eligen, pero que ejerce autoridad sobre ellos, la única solución es que ese grupo demonizado pase a formar parte del electorado.

Entonces ya nadie se atrevería a enfrentarse a los intereses de 3 ó 4 millones de votantes. Y de esta manera, no sólo podrá la izquierda espantar al fantasma que le tiene paralizada, sino que además se habrá hecho de España un lugar más justo, y un modelo de integración para Europa, que nos permitiría volver de nuevo al sosegado debate de las ideas, donde ya no hay fantasmas que valgan.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Una situación insostenible

Estoy seguro de que cuando terminen de leer el post de hoy, estarán de acuerdo conmigo en que hay que hacer algo para terminar con esta situación:

Cuba es un pequeño y antiguo país cuyo liderazgo siempre ha sido ejercido con un excesivo grado de paternalismo, por un líder bien conocido por todos, vitalicio, y que acostumbra a vestir siempre del mismo color, y que parece creerse en posesión de la verdad. Es curioso que aunque predica la igualdad de todos, él habita un ostentoso y recargado palacio, lleno de valiosísimas obras de arte.

En general, se puede decir que Cuba ha sido ignorada en la escena internacional. Sin embargo, a lo largo de la Historia firmaron algunos acuerdos de estrecha colaboración con otros regímenes, cuya principal virtud no es precisamente el respeto a los derechos humanos: en 1929, con la Italia de Mussolini, en 1933 con la Alemania de Hitler, en 1940 con el Portugal de Salazar y en 1941 con la España de Franco.

El hecho que quiero denunciar, es que España, desde 1978, tiene un acuerdo jurídico, educativo, económico y militar con Cuba, en términos muy favorables para ella. Me parece inadmisible que ninguno de los dos grandes partidos muestre ni la más mínima intención de acabar con estos acuerdos, y en especial habida cuenta del comportamiento del personal diplomático cubano en España, que recientemente acusó al Gobierno español de vulnerar los derechos humanos y estar destruyendo la democracia.

Disculpen mi torpeza. Donde dije Cuba en realidad quería decir El Vaticano.

martes, 6 de mayo de 2008

Palabras sin Fronteras

Las convenciones lingüísticas coinciden en usar el significante "frontera" para denominar a algo que separa espacialmente a dos territorios, generalmente países. Si sólo tenemos en cuenta este significado literal, sería una obviedad clamar que un blog contiene "palabras sin fronteras", en tanto en cuanto Internet es un instrumento con vocación de universalidad que permite que este texto sea leído en cualquier lugar del mundo -censuras aparte.

Se trata de concebir el término también en un sentido metafísico, en relación a aquello que separa ideas, culturas, opiniones, religiones o preferencias políticas. Vivimos en un mundo preeminentemente bipolar, de cosas buenas o malas, de todo o nada, de obesidad o hambruna, de norte o sur, de blanco o negro. Por ejemplo, la palabra democracia, es capaz de dotar al más mezquino de los dirigentes de un difraz de tolerancia y respeto de las libertades que puede que no se merezca. Este maniqueísmo lleva a la inevitable confrontación entre partes que se creen en el lado correcto de la Historia, la razón, la ciencia o la divinidad.

Para que el título de este blog cobre pleno significado, estas fronteras han de romperse, se han de acercar posturas, ver lo que nos une, y construir el futuro común en consecuencia, para dicha de todos. Y para tal cometido, los instrumentos de trabajo no pueden ser sino la reflexión y el diálogo.